Esta es una técnica de meditación para utilizar, sobretodo, cuando te encuentras con una emoción difícil. Toma en cuenta que abrirte a sentimientos dolorosos puede ser abrumador. Ve despacio e intenta hacer ésta práctica en la medida en que te sientas cómodo y confiado. La práctica es efectiva si ya has logrado experiencia con las meditaciones de aquietamiento y de paz. Si tu experiencia te agobia en exceso, acércate a un profesional para que te ayude paso a paso.

Reconoce:  Tómate un momento para reconocer esta emoción o sentimiento intenso y mantén una atención gentil hacia la experiencia sin hacer ningún juicio. Reconocer nos mantiene en el presente sin tratar de evitar o negar a lo que sucede ni alimentar y hacer más grande lo que simplemente es. Puede ser útil que lo nombres. Mantente sintonizado a las sensaciones que existen en tu cuerpo mientras intentas definir la palabra que nombra el sentimiento o la emoción.

Acepta: Acepta en el sentido de reconocer lo que es verdad en el momento presente; permite que se manifieste tal y como es. Es importante que sepas que aceptar algo no significa que estés de acuerdo, o que te guste. Lo que se busca es simplemente soltar la resistencia mental ante lo que verdaderamente está sucediendo. Trata de notar, de darte cuenta las formas sutiles en que tu conciencia está tratando de resistir las emociones, esperando que no sea lo que es y empujándote a reaccionar en vez de escoger una respuesta consciente.

Investiga: Una vez que has reconocido y aceptado lo que es presente para ti, empieza a investigar la experiencia, pero es crucial hacerlo con una actitud de amabilidad, curiosidad y compasión hacia tu investigación. Encuentra las pistas sutiles que te llevan a entender y profundizar lo que ha desatado la experiencia. Haz preguntas como ¿Porqué me siento así? ¿Cuál es la historia detrás de esto? Lleva a cabo esta investigación dentro de las principales facetas de tu campo de percepción: Sensaciones físicas, emociones y pensamientos.

No te identifiques: Se trata de darte cuenta que tú no eres tus emociones. Tus emociones, pensamientos y sentimientos no te definen, no te solidifican. Son fenómenos que surgen en dependencia de circunstancias, en diferentes intensidades y activados con diferentes disparadores. Esto trae una sensación natural de libertad y calma. Te proporciona una sensación de que es posible estar en paz en medio de todo ello, no importa qué tan intensa o dolorosa sea la tormenta emocional, hay una parte de ti que permanece en calma, estable, ilesa.